Señoras y señores, leidis and gentelmen, signore e signori, medaams et messieurs, maine damen und jerren...... buenas tardes, guud ivning, buona sera, bonn suar, guten abend

Ha llegado el momento de despedir al décimo Euroencuentro, de agradecerles a ustedes su colaboración para el buen funcionamiento del mismo y de pedirles disculpas si en algo hemos podido fallar, les garantizo que mucha dedicación y buena voluntad siempre hemos tenido. La lluvia del día de la visita a Monserrat no estaba prevista, se ve que la caja de vino que le enviamos a San Pedro no fue de su agrado.

Hemos recibido felicitaciones por la Asamblea General del viernes, parece que las ponencias presentadas han sido interesantes y han gustado. Y esto, ha sido posible, gracias al trabajo de algunas personas a las que yo quiero felicitar. Gracias amigos Chretien, Salza y Lenchem.

Del intercambio de información, del conocimiento de los problemas que puedan afectar a nuestro colectivo en algún país, y de la colaboración entre todos nosotros, pueden salir peticiones concretas que podremos elevar a los organismos correspondientes de nuestros respectivos países y también a los de la Unión Europea.

A petición de algunos miembros se propondrá en el próximo euroencuentro, realizar alguna tarde talleres de trabajo para debatir las ponencias y promover una posible toma de decisiones y acciones que podamos ejercer en nuestros respectivos países. Lógicamente la participación a los mismos será voluntaria. En mi opinión, lo que justifica los Euroencuentros, es el Consejo de Administración, la Asamblea General, las ponencias, el intercambio de información y la comunicación entre todos nosotros. Os puedo asegurar que sólo por los actos lúdicos-culturales yo no estará aquí.

Solo nos queda dar la bienvenida al undécimo euroencuentro para el que ya estamos trabajando hace un mes.

Brindemos con una copa de cava que nos ofrece el Hotel por la finalización del décimo euroencuentro y démosle la bienvenida al undécimo.

Gracias por su atención y feliz regreso mañana a sus hogares.