Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 10



LA Unión Europea está experimentando un cambio demográfico que va a influir en el futuro de nuestra  sociedad y de la economía. La acción combinada del bajo índice de natalidad, del aumento de la esperanza de vida y de la cantidad de personas que llegan a ancianas para la generación del “babyboom” contribuye a eso que conocemos como envejecimiento de la sociedad en Europa.

Sobre este tema se celebró hace poco en Italia, en Turín, una convención bajo el titulo “Personas mayores en el 2010, de discriminados a actores sociales”. En esta convención se desarrolló el tema del valor social del que envejece pero mantiene sus intereses inalterados y su capacidad de contribuir a la sociedad actual, mejorando ampliamente el refuerzo de las generaciones más jóvenes con el ejemplo, la experiencia y la confianza que puede transmitir el que ya ha superado las vicisitudes de la vida.

El fenómeno del envejecimiento afecta a todas las naciones. En los Estados Unidos se le ha definido “Silver Tsunami” la gran ola plateada. El profesor De Rita ha definido el fenómeno como “Reciente y repentino.todavía no existe la cultura del mayor, existe miedo de no conseguir gestionar el fenómeno”.

La Comisión Europea, por su parte, ha puesto en marcha iniciativas concretas sobre los problemas más urgentes de la Agenda. Un Libro Verde ha dado inicio a una amplia consulta de todos los interesadosen cómo encauzar las actividades relativas al cambio demográfico. El Libro es una especie de “aproximación al ciclo de la vida” que tiene en cuenta las distintas necesidades de cada grupo de edad y prevé la construcción de nuevas formas de solidaridad entre las generaciones. Se calcula que entre los años 2005 y 2050 se producirá en Europa un cambio radical de la composición de la población. La edad media de la población, 38 años en 2000, subirá a 48 en 2050. El número de personas mayores de 65 años aumentará del 17% al 30% mientras que el número de personas de menos de 24 años bajará del 30% al 23%. 

La población activa disminuirá en 130 millones y el número de personas mayores de 70 años aumentará en 70 millones, alcanzando en 2050 el 28% de la población. Los problemas relativos al envejecimiento

no son nuevos. Nos han proporcionado material para muchos debates sobre los sistemas de pensiones y sobre las necesidades del mercado laboral. Mientras que en 1970 había alrededor de 5 personas con edad comprendida entre los 15 y 64 años por cada persona de más de 65 años, en 2030 el mismo porcentaje se reducirá a 2,5 personas por cada mayor.

 

De 1999, declarado por la ONU Año Internacional de las Personas Mayores, a 2002, año en que se celebró en Madrid la segunda Conferencia Mundial sobre el envejecimiento y se propuso “Una Sociedad para Todas las Edades” se ha desencadenado la lucha contra la discriminación que ha llevado a muchísimas publicaciones de naturaleza sociológica y estadística a realizar estudios y análisis demográficos así como leyes sobre el trabajo.

 

El objetivo de estos estudios y procedimientos legislativos es pedir a los mayores que participen activamente en la solución del fenómeno, preparándose de la mejor manera posible para afrontarlo. Para ello, se pide que los mayores se puedan involucrar más a través de programas de formación, mejora de las soluciones de vivienda y condiciones ambientales conformes a su situación.

 

En inglés, este programa se llama “empowerment”, es decir, refuerzo y potenciación de los mayores de 65 años mediante una emancipación guiada que permita a los sujetos seguir siendo independientes física

y psicológicamente, seguir siendo, en resumen, verdaderos sujetos sociales.

 

 

A esto podría contribuir poder vivir en su propia casa con la asistencia de unos servicios sociales eficientes, es decir, permanecer en su entorno con la posibilidad de acceder a unas estructuras socio-sanitarias y asistenciales modernas y flexibles. El Libro Verde examina también varias posibilidades para afrontar el problema del envejecimiento de la población.

 

Una de ellas sería bloquear el fenómeno mediante el aumento de la natalidad y de los niveles de inmigración.

Pero, ¿qué tipo de políticas se deberían adoptar para resolver los nuevos problemas que surgirían? Las posibles respuestas incluyen mayor asistencia para el cuidado de los hijos, favorecer el equilibrio

entre el trabajo y la familia, convencer a las madres para que vuelvan al trabajo o a los padres de que el hecho de tener familia no compromete su carrera profesional.

 

Una población que envejece también  crea interrogantes sobre cómo interactúan y contribuyen a la sociedad las diferentes generaciones. Parece que los más jóvenes son más conscientes de la necesidad del conocimiento de las nuevas tecnologías, pero las cifras actuales demuestran que los menores de 25 años tienen dificultad a la hora de encontrar trabajo. En 2004, cerca de un 18% estaba desempleado en comparación con un desempleo del 7,5% para las personas con edad comprendida entre los 25 y los 64 años. Y a pesar del aumento general del nivel de educación en las últimas décadas, todavía el 19% de los jóvenes deja el colegio sin haber obtenido ninguna cualificación.

 

Se debe incentivar en mayor medida la participación de los trabajadores más mayores en el mercado laboral. El nivel actual de trabajadores de más de 55 años es de aproximadamente el 40%, mucho menos del 50% previsto en Lisboa en 2000. De hecho, en Europa solo el 5,3% de la población entre 65 y 79 años

tiene una vida profesional activa en comparación con el 18,5% de los Estados Unidos.

 

 

Pero uno de los cambios más importantes de las próximas décadas será el aumento de la población de más de 80 años. La mejora de las condiciones de vida y de los cuidados sanitarios supone una mayor esperanza de vida respecto al pasado. Si pensamos que actualmente hay cerca de 18,8 millones de personas con más de 80 años y que se prevé que para el año 2030 esta cifra llegue a los 34,7 millones, un aumento del 54% en

25 años, nos daremos cuenta del alcance del fenómeno. Aunque las personas conserven una buena salud y sean independientes por más tiempo, la demanda  de servicios asistenciales locales sufrirá, sin duda, un gran incremento. Y el hecho de que un número tan considerable de personas vivan lejos de sus familias también agravará el problema.

 

El modo en que Europa consiga superar este desafío dependerá de su habilidad para anticiparse, administrarse y adaptarse al cambio. El Libro Verde es, por tanto, un primer intento para tratar el problema desde una perspectiva global y para recopilar las distintas hipótesis de todos los que se interesan por el tema en  toda Europa. Nuestra Agrupación también debe, por tanto, participar en la solución del problema. De hecho, todos los que estén interesados pueden contribuir al proceso de consulta mediante el documento disponible en la página web:

http://europa.eu.int/yourvoice/consultations/index_en.htm

Franco Salza

Presidente de la Agrupación Europea