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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 22



Durante las guerras con Francia (siglos XVII y XVIII), Gran Bretaña boicoteó el vino francés y decidió adquirir los vinos portugueses que, por desgracia, no soportaban el largo viaje por mar.

El proceso de producción del Porto fue inventado accidentalmente por dos hermanos que robustecieron el vino con el destilado de uva, alrededor del 3% en aquella época, para que mantuviese la calidad durante el viaje hacia Inglaterra.

En 1756, en Portugal, el Marquês de Pombal delimitó la producción del Porto en la región del Douro, la primera denominación en Europa con una producción reglamentada, así como sucede con el Champagne producido en esa región específica de Francia. A partir de aquel momento, el verdadero Porto solo procede de aquella región. Tradicionalmente, los agricultores y propietarios de terrenos eran portugueses y vendían a los ingleses su vino, envejecido en Oporto. Pero a finales del siglo XIX el escenario cambió, cuando la plaga de un insecto de origen americano llamado filoxera llegó a Europa y se difundió rápidamente por todos los viñedos, arruinando irremediablemente la producción del vino.

Los terrenos se trataron con sustancias químicas que contaminaron la tierra, haciéndola no apta para el cultivo de la uva. Los portugueses, al no poder producir uva durante más de una década, cedieron sus tierras a sociedades inglesas que esperaron la solución a la plaga de la filoxera: el injerto de viñas europeas en el tallo de la vid americana que le aportaba a toda la planta una tolerancia intrínseca a la filoxera.

La producción del Porto mejoró, pero en terrenos de propiedad británica.

A principios de 1700 hubo una vendimia de uvas más dulces de lo normal y el vino de aquella añada tuvo mucho éxito en Gran Bretaña. Tras esto, los viticultores del Douro produjeron vinos más dulces y añadieron una mayor cantidad de destilado: aquellos vinos fueron los precursores del Porto de hoy.

El Porto es un ensamblaje de uvas procedentes de diversos viñedos, vinificadas a partir de técnicas diferentes, de distintas añadas: un vino que no se obtiene como la mayor parte de los vinos cuyo mosto se deja fermentar. El Porto es un zumo de uva muy dulce al que el enólogo añade el destilado para parar la fermentación y obtener un vino con grados alcohólicos elevados (17-21% en volumen) y un marcado nivel de azúcar residual (alrededor del 7%) porque las levaduras no pudieron transformarlo completamente en alcohol, ya que estaban inhibidas de la elevada concentración de etanol.
El resultado es un vino con cuerpo, suculento y dulce.

Existen dos tipos de Porto: el envejecido en la madera y el envejecido en vidrio.
El Vintage es el único Porto envejecido exclusivamente en botellas de vidrio y se llama así porque solo tiene un año y es el Porto más prestigioso, producido con uvas de una sola añada, envejecido inicialmente en barriles por un periodo de unos dos años para después someterlo a un segundo envejecimiento en botellas que puede durar mucho más (hasta 40-50 años, y en las mejores añadas incluso más de un siglo).

El Ruby envejece en barriles grandes solo durante dos o tres años, después se traslada a pequeños barriles de unos 550 litros donde el contacto con la madera y, a través de esta, con el aire, es mayor.
Es un vino muy afrutado, color rubí intenso y con sabor a frutos del bosque y ciruela.

El Tawny envejece durante mucho más tiempo en barriles de madera, a veces hasta 40 años y al irse oxidando envejece más rápido que el Ruby.