Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Del 28 de abril al 5 de mayo de 2019, se ha celebrado, en la ciudad de Viena, el XXV Euroencuentro de la Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros, y Entidades Financieras.

Las Bodas de Plata de este Euroencuentro no podían tener mejor marco que la Capital de Austria. La inauguración del mismo comenzó con una copa de bienvenida y las palabras amables de nuestro querido presidente, Don Cándido Vintém.

Viena, la ciudad de los valses de Strauss, de la música y del Danubio Azul, nos esperaba para ofrecernos sus monumentos, museos, calles, plazas, edificios y sus hermosos paisajes, siempre bella como una dama.

La capital de Austria, que debe su nombre al río Wien, ya tuvo asentamientos humanos desde el Paleolítico. Mucho más tarde, los celtas crearon una población donde el río Wien desemboca, en el canal del Danubio. Asimismo, los romanos establecieron campamentos militares donde hoy se encuentra la ciudad antigua. Estos campamentos fueron destruidos con la llegada de las primeras migraciones, hacia el siglo V, luego, tribus germanas eslavas y razas de las estepas asiáticas, como los hunos, se establecieron en la región.

Carlomagno incorporó esta región como fronteriza del Sacro Imperio Romano Germánico. Años más tarde fue invadida por los húngaros. Hacia el año 976, la administración de la Provincia estuvo a cargo de la familia Babemberg, que gobernó durante 270 años. En el siglo XIII cayó esta dinastía y el Ducado fue tomado por el Rey de Bohemia, quien lo volvió a perder contra el elegido Rey de Alemania, Rodolfo I de Habsburgo. De esta forma se sentaron las bases para una soberanía que perduraría hasta 1928. En medio de toda esta rica historia, Viena fue asediada si éxito por los turcos en 1529 y 1683.

Esta trayectoria histórica, trajo como consecuencia el embellecimiento de esta ciudad con palacios, edificios, iglesias, museos y monumentos, muchos de ellos en estilo arquitectónico barroco.

El Palacio Imperial conocido como Hofburg, fue la residencia invernal de casi todos los soberanos Habsburgo. Es un complejo de edificios de tiempos y estilos diferentes con varias plazas. Aquí vivieron, entre otros soberanos, Francisco José II y su esposa, la Emperatriz conocida como Sissi.

Schönbrunn, residencia estival de la Emperatriz María Teresa de Austria, fue ideado para competir con Versalles. Su sala del “Millón” se cree que costó un millón de florines de la época y tiene sus paredes revestidas de palo rosa caribeño. La gran galería del palacio es copia de la de Versalles y se destinaba a banquetes que ofrecía la Corte; actualmente, en verano, se celebran en ella los conciertos de Schönbrunn. Los jardines de Palacio son impresionantes.

El hoy Museo Belvedere, en estilo barroco, fue construido como residencia estival para el Príncipe Eugenio de Saboya. En la actualidad se utilizan sus salas para diferentes exposiciones de arte. Entre las obras expuestas se encuentra “El Beso”, de Gustav Klimt.

El Museo Albertina, antigua residencia, alberga una de las más extensas colecciones de arte. Situado justo detrás de la ópera de Viena, posee obras de; Monet, Picasso, Renoir, Cezanne, Chagall. Modigliani, Matisse, Kandinsky, Francis Bacon y un largo etcétera.

Paseando por la ciudad antigua, con hermosas calles, nos encontramos con la catedral de San Esteban, construida en el siglo XII como iglesia parroquial en estilo románico tardío. Tras un incendio en el siglo XIII se construyó la nave principal. En el siglo XV se terminó la torre, con 136 metros de altura. En el siglo XVI fue coronada con un yelmo renacentista. En el siglo XX sufrió un incendio y el techado se cubrió con doscientos cincuenta mil azulejos. Su nave central es de estilo gótico y su altar, barroco. Su púlpito es una obra maestra del arte gótico. En la catedral se encuentra el monumental sarcófago de Federico III.

Otros edificios de la ciudad destacan por su belleza. El Parlamento, de estilo Neoclásico, está custodiado en su entrada por la estatua simbólica, de cuatro metros de altura, que representa a la sabiduría política, que sostiene en su mano derecha a Nike, diosa griega de la Victoria.

El Ayuntamiento de estilo neogótico, según el modelo de Bruselas, es también una joya esculpida.

En la Ópera del Estado, el primer edificio erigido sobre la Ringstrasse, del siglo XIX, diariamente se celebran representaciones de ópera clásica o ballet, que son visionadas desde el exterior a través de un gran telón situado en la fachada del edificio.

Viena es la ciudad de la música. Por eso al visitar los lugares conmemorativos a los músicos, se obtiene el ambiente donde fueron compuestas excelentes obras. Entre los grandes músicos se encuentran Haydn, Mozart, Beethoven, Schubert, Brahms y la dinastía de los Strauss. El Kursalón es el lugar al que pudimos asistir para escuchar un precioso concierto.

La capital austríaca posee hermosos monumentos, muchos de ellos destinados a personajes de la historia de Austria y otros conmemorativos, como el monumento a La Peste, en estilo barroco, dedicado a la Santísima Trinidad y levantado después de la gran peste que asoló Viena en el siglo XVII.

Rodeando la Ciudad se encuentran los bosques de Viena, Strauss y Beethoven buscaron su inspiración en estos bellos paisajes para sus composiciones. También Schubert, que vivió en ellos, encontraba aquí su inspiración.

El valle del Bahaus, el mejor sitio para degustar el vino blanco. Allí se encuentra la Abadía de Melk. Los benedictinos transformaron el antiguo castillo en una Abadía. Se dedican a la educación de estudiantes de ambos sexos. Su famosa biblioteca posee cien mil volúmenes. De la Abadía fuimos al embarcadero para dar un paseo por el río Danubio, que nos llevaría a Dürnstein, precioso pueblo que recorrimos con sus calles empedradas y rincones bucólicos.

Nuestra visita a Bratislava, capital de Eslovaquia, nos llevó a conocer una ciudad joven y dinámica pero también llena de tradiciones. En el camino pedestral, se descubren plazas acogedoras y calles románticas en la Ciudad Vieja. En la catedral de San Martín, fueron coronados diecinueve monarcas. Su famoso castillo fue sede de los reyes húngaros. Otros edificios importantes son, el Museo Nacional Eslovaco, que necesita reconstrucción y el Teatro Nacional Eslovaco.

La estancia en Viena tocó a su fin con una cena en una taberna de Grinzing, conocido pueblo de viticultores cuya fundación data del siglo XII. Con la música y la alegría de estar aún reunidos disfrutando del momento, nos dirigió la palabra de nuevo nuestro presidente, Don Cándido Vintém. Finalizaba el Euroencuentro. Solo después de la cena nos quedaba la visita al Prater, donde nos subimos a la Noria, la cual gira lentamente y se puede disfrutar de una magnífica vista sobre la ciudad.

Lo mejor del Euroencuentro, aparte de lo visitado, es siempre el ambiente, respeto, educación y mucha alegría. Podríamos decir que en esta semana le hemos proporcionado a nuestra alma felicidad.

Rita Caballero Caballero (España)