Agrupación Europea de Pensionistas de Cajas de Ahorros y Entidades Financieras

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Índice de Documentos > Boletín Euroencuentros > Número 24



En su tiempo, hace ya 50 años, Simone de Beauvoir veía la vejez como una condena, como un mutilador sistema de vida que no proporciona a la mayoría de las personas ninguna razón para vivir. Escribía la eminente filósofa que esta realidad se descubre en el momento de la jubilación: convertidos en ancianos, los mayores ya no tenemos lugar en la tierra. Duda esta luchadora por la igualdad de derechos que nuestra sociedad trate bien a los viejos y les conceda los mismos derechos que a los otros miembros de la colectividad, ya que les niega el mínimo necesario y los condena a la miseria, a la soledad, a la desesperación. 

Decía Beauvoir que, para tranquilizar su conciencia:

Los ideólogos forjan mitos, presentando al anciano como al venerable sabio que domina este mundo desde arriba: es un viejo loco que chochea o divaga. Pero, ya lo sitúe por arriba o por debajo de nuestra especie, en todo caso lo considera un exiliado. Hay que escuchar las voces de estos parias, porque son voces humanas; entonces  comprenderemos que su desdichada suerte denuncia el fracaso de toda nuestra civilización; es imposible conciliarlo con la moral humanista que profesa la clase dominante… Hay que retomar todo desde el principio: el sistema debe ser cambiado radicalmente. Hay que quebrar la conspiración del silencio, que evita abordar  la cuestión de la tercera edad…

Bien, en ello estamos. Aunque tomando perspectiva nosotros sintamos cierta nostalgia de aquellos años, afortunadamente con el paso del tiempo las condiciones de la vejez han mejorado En la última asamblea de la Plataforma AGE, a la que asistió nuestro Vicepresidente Michel Pageault, se debatió y aprobó una declaración final sobre el tema:

¡La vida es «intergeneracional» por naturaleza y Europa debe actuar en consecuencia!

Esta declaración supone una lucha constante contra cualquier forma de discriminación por edad. Necesitamos un nuevo contrato intergeneracional para establecer de forma duradera la igualdad y la justicia social, tanto para las generaciones más jóvenes como para las mayores. Este compromiso será el tema central de nuestro próximo Congreso, sobre el que girarán las distintas ponencias de trabajo.